No es extraño leer en cualquier periódico, en las noticias o en los sucesos, como hay personas que han sido estafadas por desaprensivos que han visto en la debilidad de alguien el momento oportuno, usando las mancias, engañarla.
Este tipo de sucesos hace que sean muchos los interesados en estos temas que desconfíen, por ello es importante consultar a un vidente real sin engaños, aquel que jamás va a mentir o aprovecharse de su don.
Para llamar desde fuera de España de forma segura puede utilizar este número:
Igualmente hay personas que se califican de videntes pero que, realmente, no lo son. Personas que se autodenominan así y que sólo dan bandazos ante el consultante resultando insatisfactorio y provocando la desazón en la persona.
El vidente bueno es de nacimiento, que ha ido creciendo junto a la capacidad que tiene de ver cosas que no pueden ver otras personas, ese conjunto de visualizaciones es el futuro y es lo más importante para una persona pues es lo que viene tras el momento presente.
Son ya demasiados los casos en que una persona llama confiada a un tarot con la tranquilidad que le va a atender un vidente real y se encuentran que quien le atiende sólo hace dar rodeos e intentar sonsacarle a quien ha llamado las cosas.
Para evitar situaciones como estas es básico tener a un vidente real y sin engaño. ¿Cuánto hubiera dado usted por qué no le ocurriera algo similar? En los tiempos que corren seguro que agradecería la información y la ayuda.
Laura, una Vidente verdadera sin Engaños
La videncia es un don que no se puede comprar, que no se puede aprender, es un don que se tiene o no se tiene y que se sabe usar o, por el contrario, se desaprovecha y se pierde la oportunidad única de poder ayudar a otras personas.
El don de la videncia acompaña a la persona desde su más tierna infancia, es la videncia verdadera y auténtica, aquella con la que se nace y de la que se aprende, la que se controla con el tiempo y se sabe emplear en ver sucesos futuros que afectan, primero, a nuestro entorno más cercano y, sabiéndola canalizar, a las personas que, sin conocerlas, se acercan o hablan con la vidente.
Canalizar esta capacidad en función de la persona se considera el dominio total del don que les ha dado la vida más allá de cualquier otra consideración. Cuando la videncia es real no hay motivos para no saber que lo que nos dice esa persona es verdadero como la vida misma.
La visualización de acontecimientos futuros llega en forma de imágenes, de escenas que relacionan eventos o acciones presentes con lo que debe estar por venir. Todo está relacionado y nada queda al azar.
La videncia real sin engaños es aquella que poseen personas que desde pequeñas han aprendido a convivir con ella y controlarla y, ahora, a ponerla al servicio de personas que necesitan de ella y de los buenos consejos que de las mismas se puedan derivar.
La Clarividencia existe y es de verdad
No debemos dudar que hay personas que tienen el poder real de la videncia, que tienen capacidades que se escapan al entendimiento de la persona y que nuestra Ciencia actual está estudiando las potencialidades del cerebro en función de estas cualidades.
No deje cuestiones tan importantes que puede afectar a su vida directamente de la mano de decisiones tomadas a la ligera y déjese aconsejar por aquellos que tienen un hermoso don con el que le pueden ayudar a tener una vida inmejorable y plena.